Una etapa fundamental en el proceso de dirección y administración de la empresa es el establecimiento de objetivos.
Si no se fijan claramente los objetivos que hay que alcanzar será difícil dirigir y coordinar los recursos de la empresa, será complicado competir con otras empresas del sector y, en definitiva, tener unas mínimas posibilidades de éxito.
Antes de profundizar en el estudio de los objetivos empresariales, conviene entender otros conceptos relacionados, como son los de MISIÓN Y VISIÓN. Los objetivos se presentan como un compromiso de la organización para producir resultados específicos en un horizonte temporal determinado, por medio de lo cual se puede medir el progreso hacia su visión.
Los objetivos son «una medida de eficiencia del proceso de conversión de recursos.
La especificación del cuánto y cuándo son especialmente importantes, tal y como afirmaba Peter Drucker (1975):
No se puede gestionar lo que no se puede medir y no se puede medir lo que no se puede describir.
El conjunto de objetivos constituye una pirámide que abarca desde los más globales y a largo plazo, hasta objetivos más concretos y a corto plazo cuya integración y coordinación permiten el logro de la visión y misión de la empresa.
Los objetivos pueden variar según el tipo de empresa, sus características estructurales, su contexto geográfico, histórico, político y social en el que desarrolla su actividad y, finalmente, según la estructura de poder existente en el seno de la empresa.
John Doerr, inversor de capitales de riesgo, sostiene que nuestros líderes e instituciones nos están decepcionando, pero no siempre por inoperancia o por falta de ética, sino simplemente porque nos están guiando hacia los objetivos equivocados. En esta charla TED, Doerr nos explica cómo hacer para retomar el camino correcto a través de los “Objetivos y resultados clave” (ORC), un sistema de fijación de objetivos que fue utilizado por Google, Intel y Bono. Veamos éste video interactivo a continuación:
Ahora identificaremos cada uno de los tipos de objetivos que existen para la administración exitosa:
Ahora veamos brevemente aquellos objetivos que tienen relación con los actores principales del entorno empresarial:
Trabajadores
Los trabajadores plantean sus objetivos en términos de lograr la máxima tasa de remuneración efectiva, aunque ponderada por el grado de seguridad en el empleo y las expectativas de promoción profesional.
Directivos
Los directivos persiguen que la empresa que gestionan alcance beneficios, siempre y cuando se consiga un crecimiento equilibrado y constante de esta, ya que esto se traduce en un mayor reconocimiento y prestigio sobre su labor como profesional de la dirección y permite defender su poder o control interno.
Propietarios del capital
Dentro de este colectivo cabe diferenciar los propietarios con ánimo de control y los simples inversionistas. Estos últimos actúan, simplemente, como inversores financieros que tienen como objetivo conseguir el máximo beneficio a corto plazo de su capital, condicionado por cuestiones de liquidez y de seguridad de su inversión.
Proveedores
Cumplir con los compromisos de pago contraídos con estos y, por otro, asegurar la necesaria vinculación con las actividades de la empresa para evitar problemas en su funcionamiento. Eficiencia y flexibilidad (Lean Management) relaciones con los proveedores que han cambiado sustancialmente transformándose en relaciones a largo plazo regidas por la colaboración, donde tanto empresa como proveedor comparten beneficios.
Clientes
Comunidad Social
Responsabilidad social de la empresa.
Ahora conoceremos los 4 tipos de objetivos que nos permiten crear valor y diferenciación en el mercado:
Mide el rendimiento de los activos o las inversiones y se calcula como cociente entre el beneficio antes de intereses e impuestos.
La rentabilidad financiera (RFP) recoge la rentabilidad de los fondos propios, es decir, el cociente entre el beneficio neto y los fondos propios. Es la rentabilidad que consiguen los propietarios de la empresa.
Aspectos relevantes: